Sunday, October 4, 2009

Diario danés: Exhibiciones, remociones, y algunas disquisiciones sobre decisiones culturales y presupuestarias en Dinamarca y Puerto Rico

Este fin de semana asistiré a la retrospectiva de Jacob Holdt, un reconocido y polémico fotógrafo danés, en el Museo Louisiana de Arte Contemporáneo en las afueras de Copenhaguen. Louisiana es quizás el más prestigioso de los más de 50 museos que tiene esta ciudad. Lars Von Trier usó la serie de fotos que hizo Holdt sobre la pobreza en los Apalaches en la secuencia final de Dogville. Mi esposa conoce a Jacob hace años y trabajó como su asistente, por lo que él nos ha invitado a la apertura de la exhibición, y más importante, al pari que habrá después. Aprovecho para averiguar un poco sobre el lugar del arte en este país y sobre sus políticas culturales, para no estar muy perdido en la fiesta. Tengo de trasfondo ese ejemplo inequívoco del menosprecio del trabajo cultural por parte del gobierno actual de mi país: el despido de al menos un tercio de los empleados del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Me voy enterando: En Dinamarca como en casi todas partes hay un Ministerio de cultura, que se ocupa de coordinar el apoyo a las artes y fortalecer las instituciones culturales del país, así como de establecer relaciones culturales con otros países. Dinamarca fue el primer país en el mundo en pasar una Ley de la Música (en los 70’s). Hay una Ley del Teatro, redactada inicialmente en 1963, y que ha diferencia de la que veo online de PR no se dedica a hablarle raspao a los actores, sino que se ocupa de exponer la importancia que la práctica teatral tiene para la nación, y define los instrumentos que deben facilitar su desarrollo. La cosa es parecida para otras ramas del arte y del quehacer cultural: el estado juega un rol importante en materializar su importancia y se asegura de que haya recursos para que estas florezcan y se desarrollen.
Me entero de que desde la reforma del gobierno municipal de 2007, y en medio de cierto descontento, los municipios son responsables ahora de administrar y financiar sus propias escuelas de arte y de música, sus bibliotecas, teatros, y programas culturales.. Eso me suena familiar y me hace pensar en lo que se ventila en PR sobre pasarle los museos y demás dependencias del ICP a los municipios. Claro: lo de que los municipios estén más envueltos no es en sí una mala idea. Los municipios son la escala de gobierno más cercana a los ciudadanos, con lo cual pudiera plantear más posibilidades directas para la vida democrática. Pero qué de las cosas que requieren una orientación nacional? Para eso los daneses tienen su Ministerio de Cultura. Y nosotros..? Exacto! No es que la cultura sea el ICP y que el ICP sea la cultura. Pero sin ICP, o con un ICP diezmado, demasiadas cosas de la cultura se quedan a la deriva.
Voy al punto: la noción de cultura que el gobierno actual en PR plasma en sus acciones y decisiones es, a todas luces, una mierda. Yo no los culparía de tanto como haber ‘pensado’ en la cultura, y haberse decidido por una forma, errónea, de concebirla, sino que me limito a inferir la noción de cultura que sus acciones, al menos a mí, me comunican. Si al decir cultura esta gente piensa que se trata de algo que se puede fusionar con T U R I S M O.. la noción de cultura que arrastran es, al menos, confusa, y escandalosamente superficial. Nada contra los turistas, entre cuyas filas yo, ocasionalmente y para mi fortuna, me incluyo. Pero el rumor de fusionar el ICP con un departamento tan esencialmente distinto como Turismo es casi una abominación (la sola sospecha de que lo cultural vaya siendo progresivamente reducido a lo mercadeable) y parece confirmar el nivel de rusticidad cultural de estos diligentes ‘decision makers’ que le han sobrevenido a las instituciones del país como un rumor siniestro. Por eso les extiendo esta invitación a ellos, los decision makers, para que me acompañen mañana a esta exposición de un amigo en el Museo mencionado, donde quizás puedan conversar con directivos locales sobre cuestiones que envuelven los chavos y la cultura. Si hasta Obama se ha sacado un ratito estos días para venir a Copenhaguen en medio del debate por la reforma de salud, ¿qué les impide a ellos, quienes quiera que sean, sacarse un ratito para cultivar su buen juicio y su sentido histórico en medio de su masacre de la cultura?

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