El patio ha estado completamente sepultado en nieve por los pasados dos meses. No menos de 10 pulgadas en ningún punto y en ningún momento. Sobre la blancura rotunda puedo ver las huellas delatoras que en el verano, por ejemplo, no quedan. Es como una película o una sinfonía: Faisanes y faisanas se cortejan entre los arbustos secos. Una liebre cruza desde el patio de un vecino al otro. Un cervatillo o un perro se asoma y orina y se da la vuelta. Alguien con botas viejas pisotea una y otra vez sus propios pasos tambaleantes, haciendo un círculo furioso y espantado.
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