No todo es gratitud en mi mundo interior, también maldigo sin control y sin medida. Pero cuando estoy comulgando en ese agradecimiento general, ni siquiera me propongo dar gracias, sino que la gratitud sencillamente me sobreviene. A veces incluso expreso esa gratitud con las mismas palabras que me enseñaron en el colegio, aunque ahora no significan lo mismo para mí. Mi sentido de obligación moral hacia mis semejantes es, como el de otros, ferviente. Por lo cual también cultivo un juicioso sentido de tolerancia religiosa y trato de no meterme con la fe de nadie. Aunque en tanto yo mismo ya no me inmiscuyo en la fe, soy “ como el címbalo que retiñe”. Razón por la cual siempre trato de retiñir lo más duro que pueda. Pero entonces, después de todo, será justo decir que no tengo fe? Y esta fe desmedida en la gente y en el planeta, no cuenta? Estar en este país tan NO RELIGIOSO y tan bien puesto sobre la tierra me reaviva ESA fe. En ese sentido estar aquí es como estar en un retiro perpetuo. Entonces, claro… Entonces: Aleluuuya!!!
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